viernes, 12 de agosto de 2011

[rumbos-transmisorachimbila] Caravanistas recogen testimonios durante la Segunda Caravana Internacional en el Sur de Bolívar

Caravanistas recogen testimonios durante la Segunda Caravana Internacional en el Sur de Bolívar

A su paso por corregimientos del municipio de Río Viejo y por los municipios de Norosí y Arenal, la misión internacional recibe denuncias sobre violación de derechos humanos y la crisis ambiental del territorio.

Reunión de los pobladores y los caravanistas en el corregimiento El Hatillo (Río Viejo)

Durante los días 6 y 7 de agosto, las personas que integran la delegación internacional que visita el Zonal Orlando Caamaño, que engloba los municipios de Morales, Norosí, Arenal, El Peñol, Regidor y Río Viejo, se reunieron en varios momentos con representantes de las comunidades de los corregimientos de Hatillo, Cobadillo y La Garita, del municipio de Río Viejo. Asimismo, tuvieron un encuentro con la Alcaldía y la Personería del municipio de Norosí. En general, las denuncias giraron en torno a las claras y evidentes carencias de servicios básicos como agua potable, alcantarillado, salud y educación.

En este sentido, la comunidad de Hatillo denunció importantes deficiencias en las instalaciones educativas, que con una sola aula tienen que dar servicio a los más de 90 escolares de la comunidad. En la misma dirección, denuncian los habitantes desde Cobadillo la imposibilidad de cursar estudios más allá de noveno grado por falta de profesores y recursos y por el estado deplorable de la estructura física de la escuela. La urgencia de mejorar las vías fue otra de las demandas de las comunidades, algo que también pudo constatar la delegación internacional en sus largos trayectos. A estas demandas, se agregan las de salud, inexistente en algún caso y deficiente en todos.

Si algo marcó la visita a estas comunidades, fueron las denuncias que formularon sus habitantes sobre violaciones a los derechos humanos, la expoliación y la grave afección de los ríos que se deriva de la explotación minera a cielo abierto.

En materia de derechos humanos, las personas caravanistas evidenciaron el temor que tienen las comunidades de denunciar los ataques que vienen sufriendo por parte de hombres armados y que sólo en el caso de Cobadillo han cobrado cinco muertos en los últimos tres meses; el último asesinato ocurrió poco antes del inicio de la Caravana y después de un consejo de seguridad que presidio la Gobernación de Bolívar en el municipio de Río Viejo a finales de julio, en el que precisamente se trato el tema. La Corporación Sembrar ha denunciado la presencia de grupos paramilitares en esta región.

Retroexcavadora en minas rumbo a La Garita (Norosì)

En lo referente a la explotación minera, los caravanistas constataron los efectos que acarrean esta actividad sobre el medio ambiente y sobre el modo de vida de las comunidades. En su recorrido entre el municipio de Norosí y el corregimiento de La Garita se encontraron con al menos ocho máquinas retroexcavadoras que devastan grandes extensiones de bosque a las orillas de la Quebrada de Norosí. Esta actividad está generando la extinción de fuentes fluviales y la contaminación del río con el mercurio utilizado. Además, las excavaciones se convierten en pozos de agua estancada donde proliferan los vectores causantes de muchas enfermedades, que afectan a gran parte de las comunidades, como lo afirmaron habitantes de La Garita.

La jornada de trabajo finalizó con la visita al corregimiento La Garita, en la que la Caravana contó con el acompañamiento del personero de Norosí.

El alojamiento esperaba en Arenal, municipio al que los caravanistas llegaron mientras se acercaba la noche y en cuya entrada la Policía los requisó e interrogó. No obstante, el día terminó sin mayores contratiempos.



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